28/5/07

Estrategias para recordar los sueños

Tal como sucede con tantas otras habilidades, recordar los sueños requiere de práctica y de perseverancia (sobre todo para aquéllas personas que tienen menor facilidad natural para recordar sus sueños, ya sea en forma estructural o circunstancial). Es como volver consistente un músculo fláccido!

Veamos ahora puntualmente cuáles son estas estrategias para facilitar la evocación onírica. Conociéndolas, Ud. verá por sí mismo cuáles de ellas quiere implementar en su cotidianeidad.

§ Así como hay personas que se despiertan a la hora que deseen “programándose” antes de dormir mediante la visualización de las agujas del reloj en la hora en que quisieran hacerlo, si Ud. se duerme teniendo dentro de sí la determinación de recordar sus sueños oficiará de autoinducción para la evocación onírica. Esto significa, al ir durmiéndose, verse a sí mismo desper-tando y recordando al menos el último de sus sueños. (Más adelante le compartiré una técnica para la incubación de sueños que puede resultarle de utilidad también en este punto.)

§ Al despertar, en lo posible quédese en la cama un poco más, -si es necesario sentado, para no volver a dormirse-. El saltar directamente desde el dormir a la actividad hace que se pierda con mayor facilidad el recuerdo de los sueños. (Hobson y Mc.Carley demostraron que el cambio repentino de la química cerebral al momento de despertar es causante de una amnesia fisiológica de lo onírico.)

Así que, quieto aún, trate de “pescar” el remanente de los sueños, y ano-te al menos algo. “Algo” en este caso significa una impresión, una imagen, aún difusa, o aunque más no sea la sensación general que perciba al desper-tar. Si recuerda una secuencia más estructurada, mucho mejor. Pero procure tener ese registro del “algo”. Éste es un entrenamiento básico para que el Inconsciente responda ofreciendo cada vez mayor recuerdo de sus sueños.

§ Tener a mano con qué anotar o grabar nuestros sueños nos dispone a que podamos capturar de inmediato el evanescente mundo onírico. Es importante tener en cuenta que, por razones neurofisiológicas, las reminiscencias de un sueño son fácilmente olvidables si sólo quedan en la memoria inmediata. Para que no lo sean, es necesario fijarlas, y el mejor modo es regis-trarlas de inmediato, antes de disponerse a la actividad del día.

Observará que con frecuencia cuando Ud. se propone fijar sólo en su memoria su sueño para “después” anotarlo, por nítidas que sean sus imágenes es muy usual que luego no pueda evocarlas. Del mismo modo es probable que registrándolas “en caliente” cuando vuelva a leer o a escuchar lo grabado le parezca algo extraño, como si fuera el sueño de otra persona.

§ Al evocar un sueño es más fácil recordarlo si se comienza por el final y se lo “rebobina” como si fuera una película.

§ Otra estrategia para recordar sus sueños ni bien despierta es la de, quedándose quieto antes de comenzar la actividad, repasar las distintas áreas de su vida, como si se preguntara a sí mismo: “Soñé con algo vinculado a mi trabajo? A mi familia? A mis proyectos? A mi casa?...” El rastrear cada área de la propia vida a veces oficia como de imán para recordar los sueños con ellas vinculados.

§ Recuerde que el prestarle atención al mundo onírico es en sí mismo un facilitador del recuerdo de sus sueños. Quienes sean terapeutas o hayan hecho terapia alguna vez sabrán por propia experiencia que, sobre todo si el terapeuta presta atención a los sueños de su paciente, éste comenzará a recordarlos de un modo infrecuente o acentuado.

Teniendo esto en cuenta, es interesante señalar que los trabajos de elaboración del material que ofrecen nuestros sueños son parte del entrenamiento que puede ayudar a fortalecer la memoria onírica: escribir el Diario de Sueños, ilustrar nuestros recuerdos oníricos, armar collages, comentarlos con otras personas que sepan escucharlos, son todas actividades que propician la acentuación de nuestra capacidad de recordar los sueños.

Ojalá que estas sugerencias le resulten provechosas!

Imagen: Roberto Liang

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Convidando un pensamiento... Dicen los Unpanishads, un conjunto de textos hindúes escritos hace unos 2600 años, totalmente coincidente con la visión de que existe un Inconsciente más profundo: Víctor Frankl le llamó Inconsciente Espiritual, el psiquiatra italiano Roberto Assagioli Supraconsciente. Es necesario que la Psicología no lo ignore!: "Hay un Espíritu que permanece despierto cuando dormimos, que crea la maravilla de los sueños. Es el Espíritu que en verdad se llama el Inmortal. Todos los mundos descansan en ese Espíritu y nadie puede ir más allá de él." En el Zen le llaman "el Nonato": aquella parte de sí que no nació, pues no pertenece al tiempo. Por lo tanto, no puede morir...