21/1/07

La Inteligencia del Inconsciente


Probablemente no exista ni haya existido ninguna cultura en la historia de la Humanidad que no haya tenido en cuenta de manera especial el mundo onírico: para algunas tribus, los sueños han implicado instrucciones de sus dioses para poder sobrevivir. Para griegos, egipcios, babilonios, árabes... el fenómeno onírico era tan importante que se contaba con templos para ir a dormir y recibir sueños de curación o de orientación. Para distintos investigadores actuales los sueños pueden ser la vía de acceso para escuchar al Inconsciente del soñante, y sus opiniones más recónditas acerca de su vida vigil...

De un modo u otro, hoy tenemos un conocimiento integrativo del fenómeno onírico que ninguna otra etapa de la evolución humana ha podido lograr: aunando lo que cada época y cultura nos ha legado, y sumando lo que las Neurociencias han aportado en los últimos años, nos es posible ingresar con asombro a la enorme vertiente de significados que un sueño puede conllevar, respetando casi con reverencia la inteligencia oculta del Inconsciente...

Sí: el Inconsciente puede ser entendido ya no como un reservorio de traumas, complejos o conflictos, sino como el núcleo mismo de nuestra real Identidad: la partícula de lo Sagrado que anima a cada individuo, y que quiere hacerse oír. El Inconsciente personal, el Inconsciente Colectivo, el Inconsciente Transpersonal... Navegar estas aguas promete poder cosechar riquezas que están a nuestra disposición, si arrojamos nuestras redes a ese insólito Mar...

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Convidando un pensamiento... Dicen los Unpanishads, un conjunto de textos hindúes escritos hace unos 2600 años, totalmente coincidente con la visión de que existe un Inconsciente más profundo: Víctor Frankl le llamó Inconsciente Espiritual, el psiquiatra italiano Roberto Assagioli Supraconsciente. Es necesario que la Psicología no lo ignore!: "Hay un Espíritu que permanece despierto cuando dormimos, que crea la maravilla de los sueños. Es el Espíritu que en verdad se llama el Inmortal. Todos los mundos descansan en ese Espíritu y nadie puede ir más allá de él." En el Zen le llaman "el Nonato": aquella parte de sí que no nació, pues no pertenece al tiempo. Por lo tanto, no puede morir...